AVERSION
Continúas blandiendo tu norma
como un arma para cortar tu infinito
de recuerdos y lloros.
Te oigo cerrar la ventana
sobre tus deseos de lloriquear
amparando tu solícito cuidado.
Ni trastornas ni fascinas
tu entibiado esmero
aún no disuadido
por ningún impostor
de dardos estereotipados.
Cuido de tu suspirar
más enredado
en otras encrucijadas,
que son el preocupar.
Como en inquietud transformada en pena,
te solicito abrigo
para tu amante polizón herido
de tu nave de étereas maquinaciones.
Endulza el camino que ha de lamer
la imaginación con sus estiradas
ramas
Despierta a mi infinito llamado
de curiosidades
porque no me he dormido cuando abrías
tu desolado orgullo
de chiquilla quisquillosa
y altanera de desvaríos.
Prefieres el eléctrico chillido
de tu receptor de ruidos
a una amarga odisea por el campo
compartido con temblorosas calmas.
No insistas.
Pronto seré lo que pretendes
aunque no sea más que un trueno
que ensordeció tu olvido
sentenciado a la placidez árida
de los convencionalismos.
Preguntas sin respuestas son tus suspiros
cubiertos por una ceniza
casi imperceptible de hastío.
Ya comprendo no comprendiéndote
porque si te comprendiera recogería mis bártulos
para cosechar en otra tierra.
Buscaría otra tierra más amplia que mi herida
porque se apagaría el motivo de mi llaga
y cruzarme de brazos pareceríame
como
caminar de hinojos buscando tus pesares.
Te doy lo nuestro que quisiera que fuera
un ramo de famélicas esperanzas
porque solo puedo esperar
por tu desesperanzado sueño.
Miro lo soñado y me encuentro perdido
y limitado por mis apretados
brazos
en torno a tí.
Busco la endiablada ocasión de verte
tan solo un respiro
a tus cuidados de espanto y de remolinos
en el agua que corre procelosa
lejos de tus inclinaciones.
Desisto de llamarte
porque has encontrado
más de un desquite
a tu atribulado horizonte
de colores deshojados
de tu ilusionado asombro.
Me pierdo en mis enredos
sujetos a tus temblores,
de emoción callada pero serena,
como cuando te avisaron que no lloraba
por lo que sucumbía entre los dos
sino por la dulce apatía de un atardecer
que solo rabia suscitó en mí
cuando te imaginé caminando lejos,
por el camino entero
y perteneciente solo a nuestros sueños.
MUJER
Me aprisiono entre mí mismo.
Recuerdo los últimos deseos tuyos
cuando terminas llevando al mismo lado
tus cotidianos afanes
de comer y reir y cambiar de traje,
mientras lees las noticias viejas y no las nuevas
de lo que te pasa pero no repasas.
Coges tu abrigo de cuidados
y te cubres tu pudor.
Quedas como la niña buena
que estudia filosofía
y come helados en el parque
mientras se lamenta
que esté lloviendo.
“Oh, mira qué desastre,
mi slack se ha mojado”,
y te recuestas en tu acera
que te apropias para cubrirte
del chubasco como de tu chicle,
que a veces mascas y a veces masticas.
Nada,
pero a veces algo comprendes
y te hace temblar
porque veo que eres tú misma
tras lo que me ocultas,
fastidiándome, y callas (por fin¡),
pero sigues recostada
cual tapa de albañal entre tú y
yo.
Te has apoderado pretextando
tu derecho de
propiedad:
“toda persona tiene derecho
a apropiarse de lo que necesita”
Te miro: eres anárquica
y un fracaso como burguesa
con tus lentes dorados
y tus poesías bajo tu brazo.
Vamos a hablar de éso:
de lo que te preocupa y me aleja.
Te doy mis cuidados
para que los eches al viento
como serpentinas que cantan,
y maullan y tiritan,
cual gatos o serpientes?
Como espantos te acometen,
no ya tú sino tus caprichos,
los aprisiono en un paroxismo,
por querer convertir tu violeta
camuflada en rosa o en clavel,
que expandes un cálido tizne
y sigues comiendo tu chicle.
Cuando miro fuera de mi puerta
siento crujir mis quebrantos
porque traquea la madera,
tengo que conseguir un aceite reidor
para que en vez de llanto
oiga otro sonido y apague mi voz.
Siento tu sospecha encaramada
y me pesa en mi labio tu risa,
pero no me sale el esfuerzo
que queda tronchado y transido
como cuando quiero ir a cine
y llueve.
Otra vez beso otra ola
y en la resaca recojo
un dedal con que pegan
los botones al animal:
es una concha amarilla
igual a la risa gualda del camarero
a quien he pedido una cerveza.
FELICIDAD?
Dónde estás felicidad?
Por qué te alejas de
nosotros
o te apareces bajo unas
falsas máscaras?
Muchas veces te confundimos
y creemos haberte
conquistado
y nos quedamos solos
como con basura y aire entre
las manos.
Te olvidas de nosotros
y de que hemos ido a
buscarte.
Sólo te apresamos con la
imaginación:
creemos asirte
bajo las más diversas
apariencias,
pero tú no estás donde
nosotros sabemos
evidentemente que estás.
Qué infeliz condición¡
Vivimos en la ilusión
de que somos lo que somos,
nos imaginamos que somos lo que creemos ser,
que la imagen (falsa) que
tenemos
de nosotros mismos
es lo que SOMOS realmente.
Pero somos lo que somos y no más.
O para individualizar más mi modo de ser
-después de haber sostenido
este absurdo diálogo con la felicidad-
puedo hablar de mí:
lo que yo soy, cómo lo localizo?,
tengo que situarme para poder encontrarme¡
PRETENDER
“De él no se burla nadie”, dices.
Pero un nadie se burla, se
ríe, llora y se estira.
Hasta dónde debemos seguirte,
domador de antiguallas?
Quieres igualar lo que está torcido
para parecerte a todo?
Por qué no llevas ese saco roto
donde sólo puede caber
lo que no te podemos dar?
Por qué recorres la senda
que recorrida está
por el espejismo ciego?
Vas. No vas. Por qué? Me preguntas.
No ando. Galopo
En tus colmillos podrás ver.
Podrán ver lo que no has hecho.
Que no has hecho lo que venías tramando.
Cuál es tu trama? En qué te empeñas?
Por qué sigues tu sombra
que te sigue constantemente?
Por qué no te escondes de la luz de la luna,
debajo de un laurel,
para que dejes tu parloteo
cuasi lloriqueo sonámbulico?
Mírate a tí mismo en el reflejo aunque oscuro
que encontraste allí en tu tétrico escondrijo.
Por quién te tomas?
Crees que eres tú mismo? Estas
perdido¡
Juegas por partida doble?
Dónde está tu otra carta?
De todo puedes pedir o imaginar,
pero, ¿y tu otra carta? No eran dos?
Crees que estás entero?
Pero, y el hueco por dónde inyectaron
tu fantasía bamboleadora?
Dónde ha quedado el que siempre reconocías?
No, creo que éso no pasó.
Tú no me conoces al pretender eso¡
TU
Te escucho. No logro asirte.
Tu cabello se torna incandescente.
Ríes? Creo que no sabes que lo
que tocas
lo ocultas y penetras.
Qué diré de mi ensueño?
Aún está prendido de tus ardientes sombras.
Quién osará interrumpir
a la que así apabullan los misterios?
Ya te escucho menos, pero la hiriente mordaza
que adheriste a tu osado latir
se tornó más tenue que lo previsto.
Quietos están los entornos que ocultan
lo que quisieran robarte.
Por qué dices alegría si ya no trina aquel que te conducía?
Lo pretendían, ahora solo es ilusión atrasada.
La atravesaron los dardos del bardo iluminado.
Qué pronto la triste penumbra ha llegado
a perturbar nuestro contemplar sereno.
Lo recuerdo. Fue cuando todo se
apagó
para no mostrar más su estupor.
Amplitud incontrolable
Lamentos tan solo previsores de nostalgia.
Por qué tan pronto se esfuma
lo que por encanto sentía?
A los alaridos suceden los quejidos.
Inquieto quedo hasta la inesperada dolencia
por el desgarramiento sentido.
Aguanto solo. Nada se percibe.
Comprendo que la sensación pasajera fue.
Cómo añoro lo que se me dió a borbotones
y que ahora sabe a desgarradora hiel¡
Me hallaba adormecido agarrado a mí.
Despierto de pronto. Qué veo?
Mi delicada niña que respira quedamente
pero mostrando un rostro amargo.
Caigo. Me quejo.
Mis voces se pierden en el llanto,
Para qué mis lágrimas tenues.
Todo ya ha pasado.
Solo un breve interludio ha sido
con la que ahora es sombra cenicienta.
Cuándo reencontraré a esta chiquilla?
Pobrecita mía: has pasado por la hiel.
Ahora eres miel ya no compartida.
Sólo evocada y presentida.
Qué sueño sin fronteras¡
Se ha ocultado, tan aparente que era.
Pronto será un sueño soñado.
Si soñando percibo que percibo
cómo será percibir que sueño lo que sueño?
Si soñando presuroso corro
cómo será cuando percibiendo fríamente esté?