sábado, 6 de abril de 2024

 

LA ESTRUCTURA MITICA DEL RELATO EN LA OBRA DE GARCIA MARQUEZ   (Presentación de la obra)

 

INTRODUCCION

1. PROBLEMAS METODOLOGICOS

2. ASPECTOS ESENCIALES DE LA ESTRUCTURA MITICA.

2. 1. ANALISIS ESTRUCTURAL DEL MITO.

2. 2. ANALISIS DEL MITO DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL CONTENIDO

2. 3. EL COMPORTAMIENTO MITICO

3. LA ESTRUCTURA MITlCA EN LA OBRA DE GARCIA MARQUEZ.

3. 1. TRATAMIENTO DEL TIEMPO.

3. 2. ANALISIS DEL TRATAMIENTO DEL TIEMPO EN LA HOJARASCA

3. 3. LOS ELEMENTOS DE LA ESTRUCTURA MITICA EN GARCIA MARQUEZ

3. 3. 1. MACONDO: EL ESPACIO MITICO COMO ESCENARIO DE LA TRAGEDIA.

3. 3. 2. FUNDACION DEL LUGAR

3. 3. 4. MACONDO EN SUS COMIENZOS

3. 3. 5. LA ALQUIMIA EN MACONDO: ACTIVIDAD FEBRIL E INTENTO DE DESCUBRIR EL FUNCIONAMIENTO OCULTO DE LO REAL.

3. 4. EL TIEMPO HISTORlCO.

3. 5. EL TIEMPO CICLICO

3. 6. DESGASTE Y ACABAMIENTO DEL TIEMPO.

3. 7. MELQUIADES Y LOS PERGAMINOS

3. 8. EL INCESTO: EJE DE SIGNIFICACION EN EL DESARROLLO DEL RELATO.

3. 9. LA SOLEDAD Y LA OBSESION DEL INCESTO.

3. 10. LA MUERTE COMO CAIDA DESESPERADA EN LA SOLEDAD TEMIDA.

3. 11. ESQUEMA MITICO Y ESQUEMA BIBLICO.

3. 12. ACABAMIENTO Y DESTRUCCION DE MACONDO. CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO Y DESCIFRAMIENTO DE LOS PERGAMINOS.

 

 

 

A MANERA DE PRÓLOGO

Pienso en la analogía que existe en el acto creador del sueño y en la elaboración imaginaria o estructurante del acto de escribir y de la escritura en general. En los dos procesos creativos se articulan elementos ya existentes en un conjunto que es significativo por el proceso mismo de construcción. Es decir, elementos que ya existían previamente como datos o elementos sueltos (ideas, recuerdos, vivencias, etc.) por el proceso de asociación o articulación unos con otros, de una forma compleja y significativa, se convierten en un conjunto nuevo, en un resultado cuya principal característica es que tienen una nueva significación por haber sido estructurados como lo fueron precisamente así. En el sueño, en ese proceso que nos entrega casi a diario resultados que contar o compartir a otros, se producen relatos o acontecimientos que son recordados -algunas veces- en el momento de despertarnos. Les tratamos de dar un significado ligándolos con acontecimientos de la misma vida consciente, vivida a diario. Pero pronto, si no son recordados nítidamente, son olvidados, quedando de los mismos un rastro cada vez menos nítido, hasta desaparecer completamente de nuestra misma atención.

En el proceso de escribir también relacionamos ideas o recuerdos que ya de alguna manera existen en el pensamiento porque fueron elaborados o pensados en procesos conscientes anteriores y ya han sido asimilados o apropiados como elementos inteligibles en el sentido de que entendemos realmente lo que significan y por eso podemos hablar sobre ellos y los tenemos como nuestras ideas.

En los dos procesos, entonces, el onírico y el literario, se da una creación que es una estructuración compleja de elementos ya existentes, pero que se van a articular de una forma tal que conforman un nuevo contenido complejo consciente.

Así como ocurre con los sueños, no nos preguntamos, cuando leemos un cuento o un relato, por qué su autor articuló o relacionó los elementos –o contenidos de su escrito- en la forma en que lo hizo o que presentó finalmente en su obra literaria. La leemos – o la analizamos- así como nos la entregó finalmente y solo pretendemos captar o entender el significado que como tal pueda tener. Ni siquiera consideramos necesario o pertinente entender cómo fue elaborada o producida la obra –cuento, relato o incluso, novela-. Se considera que debe ser leída –o investigada- como tal como obra escrita, con respecto a la cual solo cabe o corresponde el acto o proceso de leer. Lo demás, si se cree que es necesario entenderla en su proceso de creación, se deja para otro momento o para otros lectores, que pueden ser los críticos literarios encargados de entender o descifrar este proceso complejo que implicó el acto de escribir tal otra literaria (casi siempre referente a los antecedentes biográficos, relaciones con otros sujetos escritores, influencias recibidas, lecturas previas relacionadas con el tema tratado, etc.)

 

INTRODUCCION

Se intenta mostrar que es posible un análisis mítico de la estructura de una obra literaria. Esto es lo que nos proponemos realizar con la obra de Gabriel García Márquez. Así mismo hay que indicar cómo esa estructura mítica es interpretable de acuerdo a una determinada concepción religiosa. Nuestro objetivo último es llegar a través del mito a lo religioso implícito en la obra. Sobra advertir que, si, a primera vista puede ser un objetivo muy lícito y apropiado, tiene, sin embargo, algunos problemas metodológicos los que se intentará señalar antes de abordar el objetivo de nuestro estudio.

Entre las formas de crítica se destaca la que toma como punto de partida o criterio de investigación los elementos míticos presentes en la obra analizada.  Entre los críticos de la actual novela latinoamericana, unos estudian e interpretan el trasfondo o el contexto mítico que muchas obras tienen. Creemos que esto es muy válido, dado que precisamente muchos novelistas, como es el caso de Gabriel García Márquez, se sitúan en el mito, y así logran tener una visión más profunda y acertada de una situación histórica tan rica como es la del hombre latinoamericano. Un estudio mítico de una obra literaria como es el caso de CIEN AÑOS DE SOLEDAD, no deja de tener pues, una profunda significación.

De ella nos vamos a servir aquí ya que precisamente, es a través del mito como aparece una caracterización de esa situación peculiar de este tipo de hombre con el que tenemos tanto contacto. No sobra adelantar que es a través de la novela, de la literatura, como podemos tener acceso a ciertas realidades humanas que de otra suerte nos serían inabordables. Lo que parece más evidente en el caso de Cien Años De Soledad es la enajenación del hombre por una serie de factores expresados maravillosamente en el contexto de la novela. Es la poetización de la tragedia del hombre, localizada en un relato muy concreto: el de Macondo. Sin embargo, en su historia, en el sucederse de sus miserias y grandezas, el mito tiene una función muy importante: es un comportamiento que se puede llamar doméstico, híbrido, asociado a muchos otros elementos que son míticos y que responden a un contexto mucho más general. Aquí nos preguntamos si Cien Años De Soledad es un exacto reflejo o si esa realidad, ese mundo poético que ya vemos en la obra, es susceptible de ser interpretado con criterios teológicos. Es decir, dejamos supuesto el problema de una posible referencia de la obra a la realidad y nos centramos en el estudio de la obra como aparece, fuera del autor. Este no influye en la comprensión de la obra: él solo estuvo en contacto con ella en el proceso de la creación. Tampoco consideraremos aquí el problema de si una crítica tiene que remitirse al acto originario por medio del cual la obra accedió a un estar a mano, a la cualidad de ser objeto.

Nos fijaremos entonces, en la estructura mítica desde el punto de vista de la significación, o sea, la estructura semiológica del mito en general, con el fin de tener en cuenta cómo hay que situar el mito y todo lo que implica, en un contexto de significación. Evidentemente esta significación del mito estará enmarcada dentro de un contexto religioso, y por ello, veremos el mito como experiencia religiosa que explica el origen y el fin de las cosas.

 

José Iván Bedoya Madrid    jbedma@hotmail.com